SIN ALMA

VERGUENZA EN TORREJÓN 



Una madre, tres hijos, y un desahucio que avergüenza a Torrejón de Ardoz

Se llama Seila. Vecina de Torrejón de Ardoz desde hace años. Lleva 9 años viviendo en una vivienda social, una de las que antes eran gestionadas por el IVIMA, ahora por la Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid. Junto a ella, sus tres hijos, empadronados todos en el domicilio. El adjudicatario de esa vivienda era su exmarido, hoy condenado por violencia machista. Él se fue, y Seila se quedó. No por capricho, sino por necesidad. Desde entonces, ha asumido todos los gastos del hogar, sin un solo impago, con dignidad, con esfuerzo, sin pedir nada más que una cosa: quedarse en su casa.

Solo necesitaba que se regularizara la titularidad, que la administración hiciera su trabajo y la reconociera como adjudicataria. Pero ese "intervalo administrativo", esa lentitud cruel del sistema, ha derivado en un resultado devastador: el desahucio de una madre con tres hijos.

Seila no quiere caridad, no pide limosna. Cobra el Ingreso Mínimo Vital, y quiere pagar una renta, como lo ha hecho siempre. No le ofrecen alternativas. Desde Alcaldía, desde Servicios Sociales, lo único que le dicen es que busque un alquiler. ¿Quién alquila a una mujer sola con tres hijos, sin nómina, solo con una ayuda social?

Desesperada, Seila contacta con el Grupo Municipal Socialista. Nos movilizamos. Conseguimos un acuerdo plenario, con el apoyo del PSOE, Más Madrid, e incluso del Partido Popular. Unanimidad para instar a la Comunidad de Madrid a paralizar el desahucio y regularizar la situación. Un gesto político con sentido humano. Pero el 8 de julio, el día en que fuimos a su casa, nada se había parado.

El alcalde y su equipo de gobierno no hicieron su parte. No trasladaron el acuerdo plenario ni al juez ni a la Comunidad de Madrid. No movieron un dedo. Y entonces, pasó lo que temíamos: arrancaron la puerta de su vivienda, la sellaron con una chapa metálica, y Seila y sus tres hijos se quedaron en la calle.

Viviendas sociales para personas vulnerables, tapiadas. Mientras en el barrio de Carmen Laforet, narcotraficantes ocupan pisos y viven sin problema, amedrentando a todo el vecindario, la administración lo consiente. Pero a Seila, madre trabajadora, responsable y víctima de violencia, la echan como si fuera una delincuente.

Tras el desahucio, seguimos acompañándola. Por consejo nuestro fue al Ayuntamiento, volvió a Servicios Sociales. ¿La respuesta? Un hostal hasta el lunes. Ni siquiera una semana. Y luego, otra vez: "búscate la vida".

Una madre con tres hijos, llorando en plena calle, mientras el Ayuntamiento sigue anunciando en redes sociales lo maravillosa que es la vida en Torrejón de Ardoz: conciertos, verbenas, selfies de un alcalde que no tiene alma.

Torrejón es nuestra ciudad, la queremos. Pero no queremos un Torrejón deshumanizado. No queremos aplausos, queremos justicia. No más puertas arrancadas. No más familias en la calle. No más alcaldes que giran la cara ante el dolor de su gente.

Desde el Grupo Socialista no vamos a parar. Seila no está sola. Y esta ciudad merece otra forma de gobernar, con humanidad, con responsabilidad y con valentía.


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